El aislamiento de una vivienda no solo influye en el confort térmico, sino también en el consumo energético y el valor del inmueble. A la hora de mejorar la eficiencia energética del hogar, una de las grandes preguntas que surge es: ¿SATE o aislamiento tradicional? En este artículo te explicamos en qué consiste cada sistema, cuáles son sus ventajas y cuál se adapta mejor a tus necesidades.
¿Qué es el SATE?
El SATE (Sistema de Aislamiento Térmico por el Exterior) es una solución cada vez más utilizada para rehabilitar o mejorar energéticamente las fachadas de los edificios. Consiste en colocar paneles aislantes en el exterior de las paredes y revestirlos con un acabado decorativo y protector.
En PIMAT Aisla, llevamos más de 10 años aplicando este sistema con materiales como la lana de roca, el EPS (poliestireno expandido) o incluso el corcho proyectado, según las necesidades de cada cliente y tipo de edificación.
Ventajas del SATE
- Aislamiento térmico y acústico de alta eficiencia.
- Reducción del consumo energético (puede llegar hasta un 60%).
- Protección de la estructura del edificio.
- Mejora estética de la fachada.
- No reduce el espacio interior.
- Compatible con edificios en uso.
¿Qué es el aislamiento tradicional?
El aislamiento tradicional se refiere a los sistemas colocados en el interior de la envolvente del edificio, ya sea en cámaras de aire, trasdosados interiores o techos. Es una opción habitual en reformas interiores o en obras nuevas.
Algunos de los materiales más usados son:
- Lana de vidrio o lana de roca.
- Planchas de poliuretano.
- Celulosa insuflada.
En PIMAT Aisla también trabajamos con soluciones tradicionales, como el aislamiento insuflado, cuando la vivienda lo requiere.
Desventajas del aislamiento tradicional
- Puede reducir la superficie útil interior.
- Requiere obras dentro del inmueble (más incomodidad).
- No soluciona los puentes térmicos exteriores tan eficazmente como el SATE.
Comparativa SATE vs. tradicional
Eficiencia energética
El SATE ofrece una mejora térmica más homogénea porque envuelve completamente el edificio desde el exterior, eliminando puentes térmicos (zonas donde se escapa el calor). Esto se traduce en un mayor ahorro energético y más confort, tanto en invierno como en verano.
El aislamiento tradicional también mejora la eficiencia, pero es menos efectivo frente a puentes térmicos, sobre todo en construcciones antiguas.
Coste y mantenimiento
El SATE suele tener un coste inicial más elevado, pero se amortiza más rápidamente gracias al ahorro energético y a la durabilidad del sistema, que puede superar los 30 años con un mantenimiento mínimo.
El aislamiento tradicional puede ser más económico a corto plazo, pero con menor retorno de inversión si se busca una solución integral.
Además, el SATE mejora la apariencia exterior de la vivienda, lo que puede revalorizar el inmueble en el mercado inmobiliario.
¿Cuál elegir para tu hogar?
La elección entre SATE o aislamiento tradicional depende de varios factores: el tipo de vivienda, el presupuesto, si se busca una reforma interior o exterior y el nivel de eficiencia que se quiere alcanzar.
Desde PIMAT Aisla, siempre analizamos cada caso de forma personalizada. En viviendas unifamiliares o bloques con posibilidad de actuar sobre la fachada, el SATE es la opción más eficiente, duradera y rentable a largo plazo.
En cambio, si solo se puede actuar desde el interior o hay una limitación en la fachada (por normativas urbanas o cuestiones estéticas), optamos por soluciones de aislamiento tradicional, como el insuflado de lana de roca, celulosa o bolitas EPS, que también permiten mejorar notablemente el confort con una intervención mínima.
¿Tienes dudas sobre qué sistema se adapta mejor a tu casa? En PIMAT Aisla te asesoramos sin compromiso. Contáctanos y descubre cómo podemos ayudarte a mejorar el aislamiento de tu hogar.
