Gracias a un buen alistamiento térmico en nuestra vivienda podemos ahorrar electricidad. Una vivienda con un buen aislamiento térmico ahorra hasta un 40% en la factura de la luz. A esta conclusión llegó un estudio de una reconocida empresa de impermeabilización de la que se hizo eco La Vanguardia. A pesar de estos índices tan positivos, tan sólo un 1% de las viviendas se encuentra en el nivel A, el excelente dentro del certificado de eficiencia energética, y cerca de un 15 % están entre el A y el D. Así te ofrecemos a continuación los mejores trucos para ahorrar en electricidad y mejorar en eficiencia con un buen aislamiento térmico.
Trucos para aislar el hogar y ahorrar electricidad
Las subidas del precio de la luz en los últimos años han encendido todas las alarmas. De hecho, es normal que se piense en la puesta en marcha de mecanismos para reducir las facturas eléctricas. Pero más allá de apostar por los buenos hábitos, sin un perfecto aislamiento térmico todos los intentos quedarán reducidos a humo. De acuerdo a los expertos, hasta un 65% de la energía se escapa por un sistema aislante deficiente. Ante ello, las medidas que tienes que llevar a cabo son las siguientes:
Escoger el mejor aislamiento térmico
Dos son las principales modalidades de aislamiento térmico: el insuflado y el SATE. Dentro del primero se enmarcan desde el insuflado de celulosa, de lana de roca, de bolitas EPS hasta el proyectado de corcho natural. Todos ellos cuentan con las mismas garantías para la retención de la energía en el hogar. De la misma manera, el SATE (Sistema de Aislamiento Térmico por el Exterior) está más orientado a las fachadas externas de la vivienda.
Dependiendo del grado de aislamiento o de las necesidades lumínicas que precises, puedes escoger entre las dos opciones.
Cuidado con las rendijas de ventilación
No hay que olvidar que la mitad del consumo de luz procede de la calefacción. En el caso de contar con calefacción eléctrica, es conveniente aislar debidamente todas las rendijas de las cocinas y de los baños. Estos espacios abiertos provocan que se cuele el aire frío, lo que muchas veces conlleva subir el termostato un par de grados.
Atención a la domótica
Las aplicaciones domóticas aportan ese plus necesario para el aislamiento térmico y la reducción de las facturas de la electricidad. Sus sistemas de automatización permiten desde controlar la intensidad de la iluminación en el interior del hogar en función de la luz natural que entra por el exterior hasta manejarla a partir de detectores de presencia.
De la misma manera, las persianas monitorizadas y conectadas también aportan su grano de arena en el aislamiento. El control de las mismas desde cualquier punto permite aprovechar mejorar las horas de luz y el calor del sol, reduciendo los tiempos de consumo de calefacción y electricidad. Sumado a ello, la capa de aire que se queda concentrada entre estas y la ventana contribuye a la correcta protección térmica.
Apostar por las ventanas de doble acristalamiento
Gracias al fuerte efecto aislante, este tipo de ventanas hace que se mantengan unos niveles óptimos de energía y de temperatura en el interior de la vivienda. Debido a su composición, están perfectamente preparadas para aislar tanto del frío como del calor.
Mejora el efecto aislante de suelos y techos
Pocos se dan cuenta, pero por el suelo y el techo se escapa una gran cantidad de calefacción. De esta forma, si quieres reducir las facturas de luz y gas, una buena solución es instalar suelos de madera con un grosor de entre 5-8 mm. Asimismo, en el techo es conveniente hacerte con un aislante térmico de 8-18 cm, dependiendo de las características climáticas de la zona donde se ubica la vivienda.