El anteproyecto de Ley de Cambio Climático cuenta con dos grandes referencias temporales para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI), introducir energías renovables y ser más eficientes en el uso de la energía: 2030 y 2050. El esfuerzo de reducción de emisiones que debe hacer España en la próxima década, para situarse en senda de alcanzar la neutralidad en carbono comprometida en 2050, es muy importante, ya que en los últimos cuatro años ha sido el país de la UE donde más han aumentado las emisiones. En 2017, por ejemplo, las emisiones fueron un 17,5% superiores a las de 1990. Una reducción del 20% respecto a 1990 en 2030 equivale a eliminar de nuestra cuenta de emisiones una de cada tres toneladas de dióxido de carbono (CO2).
Por una parte, para 2030 la meta es reducir las emisiones de GEI en al menos un 20% con respecto a 1990, generar el 70% de la electricidad con renovables, asegurar que al menos el 35% del consumo final de energía proviene de renovables, y mejorar la eficiencia energética en al menos un 35% respecto a un escenario tendencial.
En 2050 las emisiones de GEI deberán reducirse al menos un 90% con respecto a 1990 y el sistema eléctrico deberá ser ya 100% renovable.
Los edificios se han quedado fuera
Sin embargo, y a pesar de los ambiciosos objetivos que contempla los edificios han desaparecido de la Ley de Cambio Climático. El paquete de ‘Energía y Clima’ no pone el foco en los agentes nocivos que generan los edificios, a pesar de que la mitad de los inmuebles en España superan los 40 años y representan casi un tercio del consumo de energía total en nuestro país y que causa hasta un 40% de la contaminación en las grandes ciudades.
El Plan Nacional prevé un ritmo anual medio de rehabilitación energética de 120.000 viviendas en la próxima década aunque la nueva ley no contemple la edificación y el urbanismo.
El Marco Estratégico de Energía y Clima presentado por el Gobierno, y que engloba el anteproyecto de Ley de Cambio Climático y Transición Energética (LCCTE), el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC) 2021-2030, y la Estrategia de Transición Justa, sorprendentemente no contempla un capítulo específico a la “Eficiencia energética en materia de urbanismo y edificios”. Este capítulo, sin embargo, sí aparecía específicamente en el último borrador del anteproyecto de la LCCTE (Ley de Cambio Climático y Transición Energética).
El anteproyecto de Ley será el marco normativo e institucional que facilite y oriente la descarbonización de la economía española a 2050, tal y como establece la UE y el compromiso adquirido mediante la firma del Acuerdo de París. Tras el trámite, el anteproyecto se someterá a información pública como a informe preceptivo de los Ministerios y del Consejo de Estado, y, una vez incorpore las aportaciones resultantes de este proceso, volverá al Consejo de Ministros para su aprobación.
Los expertos sectoriales esperan que el Gobierno saliente de las complete la Ley, detallando con medidas concretas cómo se materializará esa estrategia, antes de que entre en tramitación parlamentaria.
Este anteproyecto de ley, que la Comisión Mixta Congreso/Senado para el Estudio del Cambio Climático recomendó elaborar al Gobierno ya en el año 2011, constituye un marco normativo que aporta estabilidad y certidumbre para orientar la descarbonización de los diferentes sectores de la economía española a 2050 y facilitar una transformación gracias a la cual el país ganará en prosperidad, seguridad, generación de empleo, innovación, desarrollo tecnológico y justicia social.
A nivel sectorial no se entiende que los edificios no aparezcan en esta ley. Organizaciones sectoriales como Green Building Council España (GBCe) o el Consejo General de la Arquitectura Técnica de España (Cgate) no comprenden que finalmente la edificación y el urbanismo se hayan quedado fuera de esta Ley. Tampoco se explican los motivos que han llevado al Gobierno a prescindir de este artículo en la LCCTE. Esperan que este capítulo aparezca en otra normativa.