Las viviendas están expuestas a las inclemencias del tiempo y según su antigüedad están más sometidas a los efectos nocivos. En España la mitad de los inmuebles superan los 40 años y representan casi un tercio del consumo de energía total en nuestro país y que causa hasta un 40% de la contaminación en las grandes ciudades por lo que resulta conveniente aislarla con materiales que eviten humedades y fuego.
Muchos clientes se plantean aislar su vivienda después de haber sufrido un capítulo de goteras. Se plantean mejorar su vivienda deteriorada por un mal estado del tejado y estudian si es necesario proceder a un aislamiento térmico de la vivienda para asegurar el confort interior. En este sentido, el aislamiento térmico por insuflado de celulosa es una solución muy adecuada, ya que este material incorpora y otorga un alto confort, al tiempo que protege contra las humedades y el fuego.
En concreto, la celulosa insuflada es un aislante ecológico ideal para conservar el frescor por la mañana, mejorando la eficiencia energética de la vivienda al conseguir que tanto el aire acondicionado como la calefacción no se escape de la vivienda con facilidad. Además, la celulosa es un aislante que se reparte con facilidad por toda clase de cavidades, de manera que consigue sellar todas las juntas y oquedades.